¿Sabías que las situaciones experimentadas en otras vidas condicionan nuestra realidad?
Los humanos vivimos dentro de una red de aprendizaje que se conoce comúnmente como karma. Cada individuo viene a este plano a aprender las lecciones que escogió para su evolución, lo que significa que son lecciones no superadas dentro del ser. El karma es una forma natural de balance en la que todo lo que hacemos, se nos devuelve. En otras palabras, todo lo que vivimos es consecuencia de nuestras acciones, seamos conscientes de ello o no.
Toda la pantalla que representa nuestra realidad está orquestada por nuestras predisposiciones inherentes, que se traducen en programaciones para vivir cierto tipo de experiencias que se repetirán hasta que la lección sea aprendida y la predisposición sea liberada.
Las Energías de Integridad están inspiradas en los Programas Maestros usados por Robert Detzler en la Terapia de Respuesta Espiritual (TRE) y actúan sobre estas condiciones kármicas para develarlas, liberarlas y transformarlas hasta su última consecuencia.
En el camino de evolución de la Consciencia, un proceso de conversión es requerido para manifestar a un ser en completa integridad, cuyas acciones, pensamientos, palabras, intenciones y sentimientos estén dirigidas hacia el mismo sentido. Ya no hay situaciones. Desaparecen las escenas y los personajes.